Jaume I y el murciélago

El murciélago que despertó a Jaume I

En el siglo XIII Valencia no tenía ni cámaras de seguridad ni alarmas, pero sí tenía murciélagos. Y aunque suene raro, gracias a uno de estos animales pegajosos, hoy el “rat penat” corona el escudo de la ciudad.

Cuando Valencia aún era Balensiya, los árabes ya los veían casi como talismanes, porque los hacían servir para espantar mosquitos e incluso creían que traían protección frente a derrotas y desgracias. Nada mal para un animal que se pasa el día colgado boca abajo.

La leyenda dice que una noche, mientras Jaume I y sus tropas acampaban a las puertas de la ciudad, un murciélago empezó a hacer sonar sus alas contra un tambor. El ruido despertó al rey justo a tiempo para frenar un ataque nocturno de las tropas musulmanas. Sin ese ritmo de tabla igual la historia sería distinta.

Y así el murciélago pasó de villano a héroe de guerra. Sí, le cortó al monarca su fase de sueño profundo, pero a cambio se ganó un lugar eterno en el escudo. Escocia presume de unicornio (que ni siquiera existe, ejem), Valencia, en cambio, tiene un murciélago real, práctico y con mucho carácter (y mucho ritmo).

En Gnomo nos gusta rendir homenaje a este símbolo tan nuestro con objetos igual de cotidianos que legendarios:

Sacacorchos de Ototo Vino con forma de murciélago negro con alas y colmillitos para usar como abridor abriendo una botella de vino

tijeras en forma de murciélago en una tabla de cortar junto a alcachofas y aceite de oliva

Tabla de cortar plegable con forma de murciélago en un mármol con guindillas verdes cortadas encima

Porque no todos los días puedes invitar a cenar a un héroe medieval… pero sí cocinar con él.

¡No te cortes y pásate por la tienda! Estamos en el barrio de Ruzafa y en el barrio del Carmen. Date un paseo de otoño, y si no puedes date uno virtual por nuestra web o nuestras redes sociales: InstagramTiktokYoutubePinterest… o nuestro grupo extra VIP de Telegram.

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