Regalo Bailarin para celebrar el amigo invisible

Por qué nos gustan los regalos del amigo invisible

Regalo del amigo invisible bailando

Aaaiiis, ya ha llegado la época más maravillosa. Diciembre no solo trae el olor a canela y jengibre y a Mariah Carey resucitada por Gnavidad. Casi casi lo mejorcito de este tiempo festivo es que cualquiera puede ser tu amigo o amiga favorita. Porque cualquiera puede ser tu amigo invisible. 

Un asunto peculiar de este curioso juego, y del que aprendemos mogollón, es el de poner un presupuesto. Y no cualquier presupuesto, uno apuradito siempre. ¡Después de conseguir un regalo decente por 5€, o menos, nos merecemos un máster en economía! Quedar bien con poco dinero ya es difícil, pero es que encima siempre te toca la persona más complicada o alguien a quien apenas conoces.

No es fácil acertar con el regalo, pero tampoco que acierten con el tuyo. ¿Cuántos trastos te han regalado a lo largo de los años? Unos cuántos, ¿verdad? ¿Cuál ha sido el más terrible? A veces, mira, los mejores regalos son los regalos de empresa. Bolis, libretas, tazas, USBs, botellas… Son siempre súper útiles y, oye, si vienen de una empresa que te mola y con un logo molón, ni tan mal.

Sí, sí, pero aunque siempre nos quejemos de lo difícil que está siendo encontrar el regalo ideal, la verdad es que es un juego que tiene cosas buenísimas. Por algo picamos todos los años, ¿no?

Primero, no saber a quién le has tocado crea una expectación como pocas. El misterio, la sorpresa… Lo sentimos mucho por Papá Noel y los Reyes Magos, pero nos atrevemos a decir que es uno de los momentos más ilusionantes de la Gnavidad.

Por si fuera poco guay el amigo invisible con lo que ya te hemos dicho, que sepas que es ejercicio para tu cerebro. ¿Que no te lo crees? Párate un segundín a pensar en cuántos te han enganchado en lo que llevamos de diciembre. Que si el familiar, el de la empresa, el de la pandilla, el del cole… no solo te tienes que acordar de todos esos sorteos, ¡sino de quién te ha tocado en cada uno! Tu memoria se agudiza, porque todo lo que ha podido decir o hacer esa persona te puede ayudar a encontrar su regalo, personalizado e ideal. Único, como ella.

Y qué decir de los pactos y traiciones a los que llegamos para enterarnos de cualquier pista. “Va, venga, dime quién te ha tocado y yo te ayudo…” “Cámbiame el papelito, que no se me ocurre nada…” Nos las sabemos todas, todas. Es que, a ver, ¡después de tantos años con la movida del amigo invisible!

Lo que nadie tiene claro es el origen de este peculiar sorteo. Parte de la leyenda pudo originarse en Venezuela, allá por el siglo XIX, cuando mujeres casadas y hombres podían intercambiarse regalos solo bajo la protección del anonimato. ¡No fuera a pensar la gente que eran demasiado colegas! 

Otro lugar donde también les mola esto del misterio es Suecia. Su particular amigo invisible se llama Julklapp, que significa Navidad y golpecitos. Tiene sentido si nos imaginamos a los suecos y suecas dejando regalos frente a las puertas de sus seres queridos, tocando a la puerta… ¡y saliendo por patas para que no les pillen! 

Se inventara como se inventara, el del amigo invisible es el único sorteo gnavideño en el que todas salimos ganando. O no, ¡pero si no le gusta tu regalo nunca sabrá quién estaba detrás! Otra chachicosa que celebrar.

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