Es habitual cuando aprietan los calores del verano, ver en las calles del Cabanyal como los vecinos sacan sus sillas a la calle a la caída de la tarde y salen a la fresca. Así, en estos corrillos se comparten anécdotas, cartas y hasta bocadillos. Es ésta una arraigada tradición mediterránea, que hace más soportables las elevadas temperaturas de las noches veraniegas gracias a la brisa nocturna y la buena compañía.
Para la ilustración, Abraham Mondría ha elegido una de sus fachadas favoritas del barrio, la del 279 de la calle del Progreso, una casa de planta única con un chapado cerámico típicamente cabañalero, en colores verde y blanco.
Impresa en La Imprenta CG, en Valencia, sobre cartulina gráfica de 320 gramos.
Trasera impresa para escribir y enviar. Medidas: 11 x 16 cm.