Falleras con casco de Storm Trooper y Darth Vader en las Fallas de Valencia

Cosas buenas y malas de las Fallas de Valencia

Falleras con casco de Storm Trooper y Darth Vader en las Fallas de Valencia

 

El ser humano es un misterio. En esencia, es un ser configurado a base de contradicciones, y eso es lo que hace casi imposible que pueda ser replicado por una inteligencia artificial. Esos contrastes, esos oxímorones del alma, en Gnomo quedan más patentes que nunca durante las Fallas.

Te vamos a confesar, con el corazón en la mano, lo que nos gusta y lo que no de las fiestas de Valencia.

Los Petardos

No podemos soportar los petardos, para qué vamos a andar con zarandajas. Nos enervan, nos alteran, a veces casi hasta nos hacen llorar. Peeeero, todo el cuerpo nos vibra en las mascletás, se nos dibuja una sonrisa tontona y nos quedamos contentos para todo el día. En grupo sí, aislados no.

La gente

Al revés nos pasa con la gente. Las aglomeraciones de personas esperando enardecidas a que se enciendan las luces nos dan sofoco, pero la animación callejera de paseantes relajados nos da la vida.

Las Fallas

Los monumentos falleros, vamos. Cada año salimos de casa de noche, casi a hurtadillas, dos o tres días antes de la plantá, para encontrar Fallas que se salgan de la norma sin las multitudes del último día.

Las denominadas fallas I+E (innovadoras y experimentales) nos encantan: nuevos materiales respetuosos con el medio ambiente, nuevas formas de sátira y pensamiento crítico. Darle una vuelta de tuerca a lo que lleva existiendo inmutable tantos y tantos años tiene mucho mérito, y es lo que vamos buscando en nuestra expedición: Corona, Plaza de Jesús, Lepanto...

La fiesta

Las verbenas y carpas en las calles nos sacan nuestro viejo cascarrabias interior. Pero creemos que es por envidia y que si nos invitaran a entrar se nos pasaría todo el refunfuñe a golpe de cazalla.

Los dulces

De los churros, hamburguesas, algodones dulces, manzanas de caramelo y buñuelos preferimos no hablar, porque cada año volvemos a caer en la tentación y cada año volvemos a arrepentirnos de haber caído en un plazo de 15 segundos máximo.

Los fuegos artificiales

Los castillos de fuegos son lo mejor sin duda. Peim, peim, peim y luz y color y mirar las formas con los ojos vidriosos e intentar adivinar cual será el siguiente color... Todo detrás de la ventana de casa, encaramados al sofá, los tres muy juntos en pijama.

¿Y tú? ¿Eres fan de las Fallas o las odias un poquito bastante? ¡Te leemos en comentarios! 

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