Hoy toma las riendas de esta newsletter José, el chico bajito del bigote. Escribir esto es un reto porque las redes sociales me han quitado la capacidad de atención y porque me es imposible no enfadarme. Llevo 33 añitos en este mundo y no entiendo por qué aún mi existencia se pone en cuestión. No entiendo que siga saliendo a la calle muy atento a mis alrededores y dando gracias por haber entrenado tan bien la visión periférica. Tampoco entiendo por qué tengo que estar alerta en un bar que no conozco, no vaya a ser que alguna conversación ajena me haga saltar como un suricato. También os digo que puedo dar las gracias por vivir donde vivo y por tener el entorno que tengo. Y también tengo que estar agradecido a todas las personas que han venido antes que yo. Y como no quiero seguir siendo un dramas, os presento a personitas que han hecho mucho por nosotras:
Margarida Borràs
Margarida nació en Mallorca en el siglo XV, hija de un importante notario que la bautizó bajo el nombre de Miquel. Se cuenta que desde niña ya hablaba en género femenino y que la ropa de chico no era lo suyo. En algún momento llegó a València y su buena posición hizo que rápidamente ganase popularidad entre los salones de la gente más rica de la ciudad. A Margarida nos la imaginamos dicharachera y divertida, aunque le tuvo que caer mal a alguien, porque la delataron.
Fue ejecutada en la plaza del Mercado el 28 de julio de 1460 y obligada a mostrar sus genitales para diversión del público. Margarida, es la primera persona trans de la que tenemos constancia en València. A día de hoy, existe una placa en la plaza del Mercado recordándola. De alguna forma me gusta pensar que se ha convertido en la patrona de nosotres en València.
Ocaña
“Bueno, a mí me gustaría saber por qué la gente lleva ropa. Pues lo mismo que llevo ropa que yo la quito… Yo pienso, que por qué no ir por la calle desnudo… Es como romper algo, entonces a mí me gusta romperlo.”
Y a eso se dedicaba el pintor andaluz Ocaña: a romper todas las normas impuestas. A finales de la decada de los 70 era común ver a Ocaña con vestido y peineta paseando por las ramblas de Barcelona, muchas veces acompañado del dibujante Nazario. Ambos, considerados iconos de la libertad durante la Transición española, fueron apaleados y detenidos, lo que desembocó en una manifestación en el 78.
Rampova
Todo un símbolo de la cultura underground en València. Rampova era toda una artista maribollotrans que hizo cómic, ilustración, música, radio, poesía y sobre todo performance. La subversión de Rampova, cantada a voz en grito desde su grupo Ploma 2, se escucha aún en los ecos del barrio de El Carmen, en locales que ya no existen como el Colors. La artista fue encarcelada por primera vez por besarse con un chico cuando tenía 14 años y desde ese momento solo buscó cómo conseguir libertad haciendo política como mejor sabía: a través del arte.
Gloria Fuertes
Todos los que hemos crecido con los poemas de Gloria sabíamos que teníamos a una amiga hablándonos a través de las páginas. La escritora llevaba pantalón y corbata y le daba igual. La patrona de los amores prohibidos plasmó sutilmente en sus obras su orientación sexual e incluso la confesó off the record en alguna entrevista. Con la boca muy pequeñita, eso sí, no fuera a ser que los papás de los niños se cabrearan o, peor, que se le aplicara la Ley de Vagos y Maleantes.
Esto son solo granos de arena en una montaña que sigue creciendo. Quiero pensar en que algún día esa montaña será gigantesca y formará parte de una bonita cordillera. Espero también que consigamos parar las palas y las excavadoras que intentan destruir tan bonito paraje. Por otra parte, estoy convencido de que conoces a alguien que te molaría que hubiera salido en esta lista. ¿Me enseñas más referentes?